El Instituto de Ingenieros de Minas de Chile (IIMCH) organizó el seminario “Discutiendo el Royalty y sus efectos en la minería en Chile”, en el que expertos de primer nivel coincidieron en que la iniciativa, en particular aquellos aspectos relacionados con un royalty a las ventas y a una segmentación por tamaño de las empresas, es un incentivo para el no crecimiento de la industria y podría tener un efecto negativo en la competitividad internacional del país. Conforme a lo planteado, la minería en Chile ya muestra síntomas de cansancio y de falta de competitividad, lo que afectará la contribución que la minería puede entregar al desarrollo de Chile.
Cabe recordar que esta semana el proyecto de ley que pretende establecer un nuevo royalty por la explotación minera, ha entrado en fase clave durante su tramitación en el Senado. La Comisión de Minería y Energía despachó en particular el proyecto, cumpliendo su segundo trámite constitucional, quedando en condiciones de ser analizado por la Comisión de Hacienda.
Entre los puntos a considerar, la iniciativa plantea aplicar un 1% de impuesto ad valorem para las empresas que produzcan menos de 200 mil toneladas métricas ™ de cobre (exime a aquella por debajo de 50 mil tm de cobre fino) y, para empresas que produzcan más de 200 mil tm de cobre fino, propone un gravamen de entre 1% y 3% de las ventas dependiendo del precio promedio anual del metal según las cotizaciones de la Bolsa de Metales de Londres.
Además, se incorpora el pago de un impuesto por “componente de rentabilidad”, que para Jorge Pedrals, presidente de la Comisión de Política Minera del IIMCH –quien moderó el panel de discusión– significa “un impuesto adicional al Impuesto Específico a la Renta Operacional de la Actividad Minera”, el que se determina en función de los precios del cobre.
La minería es más que impuestos
El académico de la Pontifica Universidad Católica, Gustavo Lagos, destacó que “el negocio minero de Chile es importante debido a su volumen, de dimensión mundial y de gran dimensión para la economía chilena y hay que asegurar que esta industria siga contribuyendo al país en el largo plazo”, explicando que “la minería privada ha tributado cerca de 40% de sus utilidades antes de impuesto en los últimos 10 años, haciendo además un aporte inmenso en los últimos 30 años al desarrollo del país en cuanto a infraestructura, empleo, industria de proveedores, inversión, gestión de clase mundial, mejores sueldos de trabajadores en Chile”.
En ese sentido, agregó que “aumentar la producción tiene un efecto más importante para el Fisco que aumentar la tributación, porque la producción es mucho más duradera y estable que el precio”.
Lagos concluyó que no tiene sentido aplicar un royalty ad valorem solamente para cargar a las empresas medianas para precios bajos US$2,50, ya que la tributación efectiva va a aumentar muy poco”. Dijo además que “el precio del cobre es cíclico y el tema del impuesto hay que resolverlo luego, pero con una visión de largo plazo”, considerando que “un royalty ad valorem, aunque sea de 1%, afecta a las mineras con altos costos en periodos de precios bajos”.
Por su parte, Emilio Castillo Dintrans, académico del Departamento de Ingeniería Civil de Minas de la Universidad de Chile, PhD in Mineral and Energy Economics, partió su presentación afirmando que “es muy importante recalcar que la minería es más importante que los aportes que entrega al Fisco”.
El experto planteó que la discusión debe considerar distintos puntos tales como el que la minería paga tres principales impuestos, que existe invariabilidad tributaria de las principales empresas, que las inversiones mineras toman años en madurar y que la carga tributaria total (tasa efectiva) minera está en la parte baja del rango normal. Por lo tanto, hay consenso en que “hay un espacio para un mayor cargo tributario y hay necesidad de un gasto público” pero “considerando el rango normal que uno ve en los otros países”, inclinándose más adelante por la opción de “un sistema impositivo minero mixto con ad valorem bajo”.
Castillo, por último, manifestó que “la minería tiene una buena oportunidad de discusión, pero hay que sacarlo del debate de la nacionalización y de la propiedad y enfocarlo más en los beneficios que abre la discusión tributaria”.
Cerró el panel Juan Ignacio Guzmán, gerente general de GEM, Phd en Economía de Minerales y académico de la Pontificia Universidad Católica y de la Universidad de Chile. Destacó primero que la contribución social en términos económicos de la minería en los últimos 30 años alcanzaría a 810 mil millones de dólares. Es decir, “por cada 1 dólar que generó la industria minera en su totalidad, la sociedad ganó en conjunto 5,5 dólares”.
Guzmán puso un punto de análisis sobre el estancamiento de la producción de cobre en Chile en los últimos 15 años y se explicaría porque “el nivel de costo y riesgo es mayor en Chile que en, Canadá o Australia u otro país”. En definitiva, “Chile sale mucho más caro que Perú para invertir y producir”.
Planteó que en la discusión de hoy, “por tratar de sacar más huevos de oro de la gallina, lo que terminamos haciendo es matar la gallina si es que subimos la tasa de impuesto efectiva a un punto tal que inhiba la inversión, ya que la industria se va depreciando y por lo tanto requiere grandes inversiones para mantenerse”.
Concluyó que “el proyecto que ayer fue aprobado en la Comisión del Senado es malo, menos malo que el de la Cámara de Diputados, pero es malo”. Agregando que “el país gana en el corto plazo más, pero en el largo plazo las minas se deprecian y cae la recaudación fiscal de la minería del cobre en el escenario con royalty”.
La discusión completa se puede ver en https://fb.watch/aPM6gsZDPw/ o en la web de www.iimch.cl