En su columna especial para América Minera, el Gerente General de Akron Ingeniería explica: “Para alcanzar un crecimiento sostenible, se debe caminar hacia el uso de energías limpias de carácter renovable y trabajar en todos los desarrollos bajo el concepto de Eficiencia Energética”.
Según las Naciones Unidas, las catástrofes relacionadas con el clima se han quintuplicado en los últimos 50 años, causando miles de muertes y grandes pérdidas económicas.
Este efecto climático es causado por el efecto invernadero, el cual es provocado por emisiones de gran cantidad de gases contaminantes a la atmósfera, generados principalmente por el uso de energías provenientes de combustibles fósiles.
De acuerdo con la Statistical Review of World Energy de 2021, la energía que usamos en el planeta proviene 31,2% del petróleo, 27,2% del carbono, 24,7% de gas natural, 6,9% de hidroeléctricas, 4,3% de la energía nuclear y solamente 5,7% de energías renovables.
Con el permanente crecimiento de la población, los requerimientos de consumo de energía se verán incrementados, lo cual aumentará la generación de gases contaminantes. Es más que claro que hace falta cambiar la estrategia energética a nivel mundial.
Para alcanzar un crecimiento sostenible, se debe caminar hacia el uso de energías limpias de carácter renovable y trabajar en todos los desarrollos bajo el concepto de Eficiencia Energética. Esto implica hacer un buen uso de la energía, ahorrando sin perder en calidad de vida o en calidad de producción, se debe alcanzar este objetivo con la introducción de nuevas tecnologías y, principalmente, con un cambio de conducta del ser humano.
Chile no se ha quedado atrás en este compromiso, ya que ha sido uno de los primeros países de Latinoamérica en disponer de una primera ley de eficiencia energética. Esta normativa se enmarca en el acuerdo de París, el tratado internacional que firmaron 196 países en diciembre de 2015.
La Ley 21.305 del 13 de febrero de 2021 entrega las directrices y regulaciones para alcanzar la carbono neutralidad en el año 2050 y otorga la administración al Ministerio de Energía, que debe definir, controlar y actualizar continuamente el Plan de Eficiencia Energética.
La misma legislación establece el Plan Nacional de Eficiencia Energética que está basado en gestionar y reducir el consumo energético, y que abarca todos los consumos del país. Está centrado principalmente en las grandes empresas consumidoras de energía, en el consumo energético de la edificación y regula estándares de eficiencia para el parque vehicular, orientado principalmente a la electromovilidad.
Como primera meta, el Plan espera lograr al año 2030 una reducción del 10% de intensidad de la energía, respecto del 2019. De cumplirse este objetivo, según el Ministerio de Energía, se espera un ahorro de 15.200 Millones de US$ y una reducción de las emisiones correspondiente a 28,6 Mton de dióxido de carbono (CO2).
De cara al futuro
Los expertos afirman que el potencial nacional de energías renovables es de aproximadamente 2 Teravatios (TW). Con el uso de las distintas tecnologías, se podría generar hidrógeno verde, con una producción capaz de triplicar la producción mundial de este combustible y con el costo más bajo del mundo, haciendo de Chile uno de los productores más competitivos, tema que puede transformar a nuestro país en un líder mundial en este rubro y, a la vez, generar un gran aporte a la descarbonización del planeta.
Se estima que para 2050 este mercado en Chile puede generar unos 33.000 MUS$ al año, en comparación con el cobre que hoy genera 35.000 MUS$, es decir, ese es el camino de nuestro futuro y para eso contamos con los recursos energéticos y humanos capaces de generar estos cambios.
Por otra parte, los beneficios de esta implementación liberan a nuestro país de la dependencia de los combustibles fósiles y nos hace autosuficientes del consumo energético, además de abrir un mercado muy interesante a nivel mundial, en la producción del hidrógeno verde, generando ahorros importantes.
También como consecuencia, se generan beneficios en el aspecto social al lograr una mejor salud y bienestar, permitiendo un aumento de la seguridad del suministro energético, además de generar gran cantidad de nuevos empleos. Sin lugar a dudas, Chile cuenta con las herramientas y las capacidades para liderar el cumplimiento de los compromisos internacionales con el bienestar del planeta.
