El impacto del bosque sobre el medio ambiente ha permitido mayor captura de carbono, contribuyendo a purificar el aire de los gases del efecto invernadero.
El bosque regado con aguas tratadas y reutilizadas de la propia operación de la compañía minera del Perú tiene una extensión de 177 hectáreas. Allí coexisten cerca de 200 mil árboles y conviven más de 50 especies de aves, mamíferos y reptiles que se han mudado a esta zona fundando un nuevo ecosistema.
La gerente de planificación ambiental de Antamina, Fabiola Sifuentes, explicó cómo se realiza el proceso de la ruta del agua de Antamina. Todo comienza en la operación minera, a más de 4,300 msnm y que viaja por un mineroducto hasta el puerto Punta Lobitos, en Huarmey, en la costa peruana: “El agua que se usa en el proceso de la concentradora es extraída de la presa de relaves, el 99% del agua que se usa en la concentradora viene de la recirculación y reciclaje del agua”, explicó.
El agua que utiliza Antamina proviene de las precipitaciones y correntinas, como parte de la propuesta de economía circular de la minera. A su vez, el agua con concentrados que llega al puerto de Punta Lobitos, a través del mineroducto, es filtrada, tratada y reutilizada para regar el Bosque de Huarmey. Cabe destacar que el hoy considerado como un activo ambiental era un típico desierto de la costa peruana en el año 2001.
Además, Antamina está inscripta en el Programa Huella Hídrica de la Autoridad Nacional del Agua del Perú con dos proyectos: uno de ellos trata de la reducción de huella hídrica en función a las mejoras tecnológicas en su campamento y el otro involucre el valor compartido para el fortalecimiento de las organizaciones de regantes en el Valle Fortaleza.