Arrigoni Ambiental, una empresa del Grupo Arrigoni, ha presentado una iniciativa innovadora con el desarrollo de la primera bodega modular en Chile diseñada específicamente para el almacenamiento seguro de celdas de batería de litio. Ubicada en un parque automotriz en la Región Metropolitana, la ingeniería, diseño y construcción de la estructura siguieron rigurosos protocolos internacionales para el manejo seguro de estas instalaciones.
El proyecto se ajusta a uno de los protocolos más importantes, conocido como BESS (acrónimo en inglés de Sistemas de Almacenamiento de Energía por Baterías), que establece los parámetros para los sistemas mecánicos, químicos o térmicos que almacenan energía para su uso posterior.
Sofía Arrigoni, gerente general de Arrigoni Ambiental, destacó que la iniciativa no solo incorpora los elementos utilizados en la fabricación de su línea de negocios de bodegas modulares para el almacenaje de sustancias y residuos peligrosos, sino que también comprende “un sistema completo que abarca componentes tanto de hardware como de software, entendiendo que su funcionalidad debe permitir almacenar de forma segura las celdas de baterías de iones de litio”.
Proyecto Diseñado Bajo Protocolos
La bodega cuenta con un sistema HVAC para mantener la temperatura controlada en su interior, sensores de humo e hidrógeno para la detección de fallas y un sistema de supresión de incendios. Además, dispone de extractores para liberar gases explosivos, un sistema de alarma para notificar emergencias y un mecanismo de iluminación especial para áreas con riesgo de explosión.
La estructura cumple con la normativa nacional para el almacenamiento de sustancias peligrosas en Chile, establecida por el Decreto Supremo 43 del Ministerio de Salud. Además, atendiendo a los potenciales riesgos asociados a las baterías de litio, se consideraron tres normas publicadas por la National Fire Protection (NFPA) de Estados Unidos, que especifican requerimientos de fabricación e instalación.
“Se contemplaron elementos de protección para amortiguar los efectos de una falla catastrófica, la cual se puede originar por defectos de manufactura, abuso térmico, abuso eléctrico o daños mecánicos. Estos originan reacciones exotérmicas como fuga térmica o el venteo de gases inflamables, principalmente hidrógeno y metano, entre otros”, precisó la ejecutiva del Grupo Arrigoni.