91% de los profesionales de petróleo y gas creen en un futuro más sostenible, pero solo el 53% de las empresas ya tienen programas activos de transición energética

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La transición energética es un tema ineludible para el sector de petróleo y gas en América Latina. Sin embargo, a pesar del consenso sobre su importancia, los avances siguen siendo desiguales. Así lo muestra el nuevo informe de Aggreko, “El sector de petróleo y gas en América Latina: cómo las empresas se están adaptando a los cambios globales y a la transición energética”, que entrevistó a profesionales en siete países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú.

Los encuestados ocupan desde puestos de liderazgo, como directores, hasta funciones técnicas y operativas en organizaciones de diferentes tamaños. La investigación analiza cómo los principales mercados latinoamericanos concilian la necesidad de garantizar la seguridad energética, sostener ingresos fiscales y, al mismo tiempo, avanzar en la transición hacia matrices más limpias en el sector de petróleo y gas.

Según el estudio, el 91% de los encuestados cree que es posible hacer que el sector sea más sostenible, pero solo el 53% de las compañías afirman contar con iniciativas concretas de transición energética, como la introducción de fuentes renovables (59%) y el uso de equipos más eficientes (43%). Los principales obstáculos para ampliar este movimiento están relacionados con los altos costos, la falta de incentivos gubernamentales y los desafíos de infraestructura y logística.
Además, el 85% de los profesionales consideran que las prácticas sostenibles son un factor directo de eficiencia en las operaciones, un dato que refuerza el vínculo entre competitividad y descarbonización.

“En el sector de petróleo y gas, la sostenibilidad dejó de ser solo una cuestión ambiental para convertirse en un factor de eficiencia y competitividad. Las empresas que logran adoptar soluciones híbridas y reducir su huella de carbono garantizan no solo operaciones más seguras, sino también una mayor resiliencia frente a las presiones regulatorias y del mercado”, afirma Daniel Rossi, gerente del Sector de Petróleo y Gas de Aggreko en América Latina.

El informe detalla cómo cada mercado latinoamericano lleva adelante su transición energética. En Chile, el sector de petróleo y gas actúa como puente práctico para la transición energética. Actualmente, el gas natural supera al petróleo en la matriz energética y se utiliza principalmente en centrales térmicas de ciclo combinado.

El “Plan Energía 2050” y la “Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde” trazan la ruta para alcanzar las cero emisiones en 2050, con una previsión del 80 % de electricidad renovable en 2030. Para cumplir estas metas, se ha acelerado el calendario de cierre de las centrales térmicas de carbón y se han abierto licitaciones específicas para líneas de transmisión que transporten la energía solar del norte a los centros de consumo del centro-sur del país.

Asimismo, la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), que importa y procesa casi todo el petróleo que se usa en el territorio chileno, está convirtiendo parte de sus refinerías y su puerto en Magallanes. En 2024, produjo su primer lote de diésel renovable a partir de aceite de cocina usado y comenzó la construcción de una planta piloto de hidrógeno verde en Magallanes.

A pesar del avance de las energías renovables para la generación de electricidad, el petróleo y el gas siguen utilizándose en Chile para garantizar la seguridad energética y abastecer a sectores como el transporte pesado y los procesos industriales. A la vez, el equilibrio entre la producción local de gas y la importación de líquidos es un desafío permanente, especialmente, para mantener precios accesibles para la industria minera, gran consumidora de energía.

El estudio concluye que las interrupciones de energía en América Latina, sigue siendo un riesgo crítico para la operación del sector, lo que exige mayor atención a modelos de suministro más resilientes. En este contexto, el potencial de las soluciones híbridas y móviles se destaca como un camino para mantener operaciones seguras en zonas remotas, mientras que la eficiencia energética pasa a ser vista no solo como un compromiso ambiental, sino como un activo competitivo capaz de reducir costos y diferenciar a las empresas en el mercado global. Los datos también resaltan el papel estratégico del sector privado, cuya capacidad de inversión e innovación será determinante para acelerar la transición energética y apoyar las políticas públicas en la región.

Con presencia global y actuación en proyectos críticos de energía, Aggreko lidera soluciones híbridas y modulares que permiten mayor eficiencia en operaciones offshore y onshore, especialmente en áreas aisladas. La empresa sostiene que la transición energética en el sector pasa por la flexibilidad, la innovación y la adaptación al contexto local.